Tratamiento de madera
Inspección, cuidado y protección de la madera
El estudio radica en la experiencia profesional y el desarrollo de 3 inspecciones técnicas:
1. La inspección visual reconoce lo más evidente e identifica el agente causal.
2. La cata física descubre daños ocultos y permite que los clasifiquemos según su pérdida de sección, su grado de incidencia.
3. La detección sonora de las termitas obreras a través del sistema pionero “Termitec” permite, finalmente, reportar los ataques activos invisibles a cualquiera de las anteriores inspecciones.
Tratamiento con cebos
La utilización de cebos para el control de las termitas es en nuestro país un sistema novedoso, que aporta una serie de ventajas imposibles de imaginar con las técnicas y productos que clásicamente se han ido utilizando. Su aplicación sin riesgo de contaminaciones ambientales y/o personales, y su definitiva acción sobre la totalidad del termitero son sus dos características más notables.
Los tratamientos con cebos requieren en todos los casos de una planificación precisa y ajustada, basada en el conocimiento de la compleja biología de las termitas. Para la eliminación de las colonias de termitas, este sistema aprovecha el comportamiento vital de las mismas. De esta manera, se utiliza la transmisión de alimento o trofalaxia propia de estos insectos como mecanismo para distribuir a la totalidad de la colonia la sustancia inhibidora del crecimiento contenida en estos cebos. Es decir, se consigue trascender sin provocar desequilibrios ni alteraciones agudas que rompan la dinámica del tratamiento. La sintomatología se caracteriza por una disminución progresiva de la población de termitas resultado de la inviabilidad de los individuos juveniles al mudar, de la mortalidad natural de las obreras adultas, a los cuales no les afecta directamente la ingesta del cebo, y de la mortalidad por falta de alimento del resto de castas de la colonia.
el tratamiento con cebos está estructurado en 3 fases:
1. Partiendo del conocimiento exacto del problema de termitas (alcance y distribución) y habiendo elaborado un plan de control base, se procede a la instalación de las estaciones portacebo en suelos y en todos aquellos puntos en los que se tenga evidencia de la presencia de termita. Los de suelo inicialmente contienen un testigo de madera que se sustituye por el cebo con inhibidor una vez se ha producido el contacto.
2. Control de la evolución de la plaga. Durante el primer año las revisiones se establecen cada 15, 30 (primera mitad del año) ó 60 días (segunda mitad), ya que abarcan el periodo de tiempo en el que acostumbra a producirse el contacto de la plaga con los cebos. Durante el segundo año las revisiones son mensuales o trimestrales. El número de visitas no es algo invariable pues depende de la correcta y planificada evolución del tratamiento. De esta misma manera, también puede modificarse durante el transcurso del tratamiento el plan de control base y la disposición de los portacebos. En cada revisión se repondrán los cebos que sean necesarios.
3. Vigilancia activa. En condiciones normales, durante el tercer año se programa un mantenimiento de revisiones trimestrales con el fin de garantizar la vigilancia activa de la situación de termitas.
Tanto los cebos de pared como los de suelo están constituidos por un soporte celulósico impregnado uniformemente con la materia activa Diflubenzurón, insecticida de acción retardada cuya forma de actuación se desarrolla mediante la inhibición de la síntesis de quitina. Esta proteína es parte consustancial al exoesqueleto de estos insectos, que les proporciona una gran protección frente a la acción de agentes externos.